Aquel día memorable
Afloran los que ya no
están. Las personas amadas, que fueron entusiasmo en el día memorable. Quienes
se dieron a preparar los detalles precisos, de unos actos intensos y perfectos,
de muy cuidada emoción estética. Contaron con artistas de una finura
inigualable: Moreno, el escultor y orfebre granadino, que labró la delicada
corona de la Virgen; Claudio Sánchez Muros, diseñador que bebe del encanto
lírico, que preparó la edición de carteles, del libro "Corona Poética", con
versos de los poetas unidos al paisaje del Saliente; la letra del himno, escrita
por Julio Alfredo Egea y la música del compositor granadino Juan Alfonso García.
Apareció el disco con el himno y, meses después, el libro titulado "Coronación".
Todo ello, junto a los actos, exigieron un esfuerzo inmenso, una visión
artística de lograda hermosura, una manera distinta de ennoblecer un hecho
histórico y de honda religiosidad para mi pueblo, en el que colaboraron cientos
de personas.
Recuerdo la fuerza de una emoción muy íntima, enlazada a la de miles de criaturas, congregadas en la plaza del pueblo. Se sucedían la alegría desbordante, la ternura y la nostalgia que se rompe en llanto. Es una de las veces que he estado más cerca de la talla barroca de la Virgen del Saliente, pues mis amigos Antonio Fernández Ortega, Pedro María y Antonio Rueda, directores de orquesta de los actos, me hicieron subir a aquel enorme altar o escenario para ponerle voz a uno de los textos de la ceremonia. Desde allá arriba, la visión de la multitud era imponente. Y la escultura de una belleza y una maestría estremecedoras. Veinte años después, afloran los que ya no están. Las personas amadas, que fueron entusiasmo aquel día memorable.
Juan José Ceba
Almeria Actualdad 09.08.2008